Ingenios Azucareros de Tucumán
La actividad azucarera, tanto en su faz agrícola
Como industrial, tiene una alta significación
Para Tucumán. A través de varios siglos, fue el
Eje sobre el que se movió la economía de la
Zona.
Es interesante comparar esta expresión en
Términos de actividad productiva, con la
Ocupación física del territorio, ya que observar
Un plano de la provincia implica descubrir una
Serie de pueblos organizados alrededor de estos
Centros industriales. Estos asentamientos
Forman un espacio concentrado, rodeado por
Una extensa área en la que se detectan centros
De menor magnitud: las colonias agrícolas de Ingenios
EJEMPLOS:
Ingenio La Providencia, Ingenio Concepción, Ingenio La Fronterita, Ingenio Nuñorco, Ingenio San Juan, Ingenio Aguilares, Ingenio Santa Barbara, Ingenio La Trinidad, Ingenio Marapa, Ingenio Bella Vista, Ingenio Corona, Ingenio Cruz alta, Ingenio de la Florida, Ingenio de Leales, Ingenio Santa Rosa.
-¿Cuál es la situación que enfrentan los pequeños productores? ¿A que estrategias recurren?
Tucumán, hacia fines del siglo XX, se caracterizó por el auge en la producción de azúcar de caña, primera industria pesada de Argentina. En 1920 contaba con 36 ingenios azucareros equipados con la más moderna maquinaria del momento.
Las primeras fábricas azucareras fueron instalaciones sencillas que formaron parte de haciendas en las que se realizaba todo tipo de actividades agropecuarias. Poco a poco, áreas enteras dentro de estas, transformaron la actividad agrícola-ganadera en agroindustrial azucarera.
Dado que en los periodos de zafra la actividad es intensa y continua, el ingenio o fábrica" requiere tener a su alrededor a toda la población que interviene en el proceso industrial. De ahí que hayan surgido los pueblos azucareros, que crecieron en forma gradual acompañando el desarrollo de la empresa. Así, los ingenios se transformaron en verdaderos pueblos industriales.
Las políticas proteccionistas del gobierno nacional impulsaron el gran desarrollo de la industria azucarera, que entre 1876 y 1914 logró un .aumento de la producción de 112 veces, es decir, del 11.200 % .
Entre 1881 y 1895, se redujo la importación de azúcar desde el 75 % del total consumido por el país a un 4 % . A partir de 1894, cuando se produjo la primera crisis motivada por el exceso de producción, los altibajos de la misma han provocado variaciones económicas permanentes.
En 1950 debido , entre otros fenómenos a las nuevas condiciones de mercado, decayó la rentabilidad de esta actividad que proveía de trabajo a la población rural de la provincia.
Una de las mas graves crisis fue el cierre definitivo de 11 ingenios de la provincia de Tucumán, producido en 1966.
El 28 de junio de 1966 los militares tomaron el poder en Buenos Aires y, menos de dos meses más tarde, enviaron quinientos gendarmes y policías federales a la provincia de Tucumán para ocupar y cerrar por la fuerza siete fábricas azucareras. En el curso de los años que siguieron, sucesivas medidas de aquel Poder Ejecutivo Nacional (PEN), durante la presidencia de Ongania y siendo Ministro de Economía Jorge Salimei, condujeron a la clausura definitiva de 11 de los 27 ingenios que operaban en la provincia, desatando un auténtico cataclismo social y económico. Las medidas del régimen militar comprendieron, además, la eliminación de unos 10.000 pequeños productores cañeros y la reducción de 120.000 hectáreas de cultivos. La provincia se sumergió en el marasmo más completo a medida que su producción se contraía en un 40 por ciento y que la desocupación arrojaba al exilio interior a unos 200.000 tucumanos. Los cierres, la parálisis económica y las quiebras se extendieron por toda la provincia, afectando a la actividad manufacturera, artesanal y mercantil que se vinculaba estrechamente con el ciclo anual de la zafra y la molienda: grandes y pequeños comerciantes, proveedores de máquinas y herramientas para los ingenios y las fincas cañeras, carpinteros y herreros, tenderos, almaceneros e infinidad de pequeños comerciantes. Varios miles de zafreros santiagueños y catamarqueños, que arribaban cada año para las cosechas, perdieron a su vez lo que representaba su fuente de trabajo principal en una lenta agonía que puso fin, con el tiempo (porque a ello contribuiría, también, la creciente tecnificación del agro tucumano), a esa migración estacional que poblaba periódicamente los campos tucumanos. Al finalizar la década, el territorio de Tucumán se asemejaba a un 'paisaje después de la batalla', sembrado de pueblos fantasmas, en los que sólo quedaban niños, mujeres y ancianos.
A partir de entonces, se sucedieron años de crisis, representadas por quiebras de los ingenios que quedaban y el arriendamiento de otros, donde no estuvo ausente el envilecimiento del precio del azúcar por diversos motivos.
En la actualidad y a partir de la reglamentación de la Ley 25113 que incorpora el contrato de maquila para sectores agropecuarios, se estableció los parámetros de negociación entre productores agropecuarios y los sectores procesadores o industriales. En ese contexto, en Febrero de este año, los industriales azucareros de las principales provincias productoras del país decidieron llevar a un piso de 0,70 peso el kilo de azúcar puesto en los ingenios, contra los 0.63 que venían pagando por el producto a los cañeros. De esta manera los industriales buscaban elevar el precio del azúcar, con el que saldrían a comprar el azúcar que esté en manos de los cañeros con un piso de 0,70 y hasta 0,72 para los que realmente no pudieran vender. Todo ello en la expectativa de llegar a la zafra 2008 con un precio que pudiese estar 12 por ciento por arriba de la cotización actual. En este marco a Tucumán le quedarían 200 mil toneladas de azúcar stockeada, que si se vende un 10% mas caro representaría unos 20 millones de pesos más. Actualmente cinco ingenios tendrían en su poder el 50% del azúcar disponible para atender la demanda interna (o sea 200 mil toneladas de las 400 mil que habría hasta el 31 de mayo). Aclarando además, que el nuevo valor se refería a la bolsa de 50 kilos, en consecuencia no debería repercutir en las góndolas habida cuenta que la Nación fija el precio del kilo de azúcar fraccionado, pues se trata de los productos de la cesta básica alimentaria, por lo tanto encuadrada dentro de los "precios a cordados".
Lo mencionado hasta aquí no dejo de ser una expresión de anhelo, pues el verdadero precio lo fija la ley de la oferta y demanda, por lo que se hace necesario que en el tema azucarero se instrumenten medidas acordes y discutidas por toda la actividad, de lo contrario el azúcar va a estar estacionada.
En Tucumán, el 85% de la caña es de propiedad de pequeños productores, por lo que la actividad azucarera tucumana enfrenta un gran desafío, en el sentido que origina una gran competencia en la oferta, consecuentemente, al haber sobreoferta se cae el precio. Esto se debe evitar, por ello se pretende por un lado, generar líneas crediticias (créditos blandos) para el productor cañero a fin de solventar los gastos que demandan la producción de los azúcares, y por otro la operatoria antes mencionada de comprarle a los productores cañeros, siempre a través de la inmovilización de la otra parte del azúcar para que no salga a sobreoferta.
Impera una necesidad de recomponer el precio del azúcar, en el mercado interno. Hasta aquí los valores fijados no contemplan los costos del pequeño y mediano productor cañero, ocasionándole un quebranto que lo pone en riesgo de abandono de la actividad, siendo excluido del sistema. Es por ello que debemos reconocer un valor justo por su producción y compensaciones mediante la provisión a precio diferencial de insumos como fertilizantes, gasoil, herbicidas, etc.
La tarea es comprensiva de múltiples aspectos a mejorar, entre ellos el acceso a una educación, sistemas de atención de la salud, jubilación digna, brindarles una adecuada infraestructura caminera y facilitarle el acceso a tecnologías que le permitan mejorar su productividad.
Por las razones expresadas solicito que ante la imperiosa necesidad de solucionar la crisis por la que atraviesan los pequeños y medianos productores azucareros, (la industria azucarera) no solo de mi provincia sino también del noroeste, se convoque a los principales actores de la actividad a los fines de implementar una recomposición del precio del azúcar, mejorando la situación del mercado interno.
En la certeza, que nos toca como representantes de nuestro pueblo arbitrar las medidas necesarias, para dar respuestas a los hermanos de mi provincia y a fin de garantizar la normalidad del ciclo productivo, es que solicito a mis pares me acompañen en este proyecto.
Cooperativas
Todo esto ha hecho que los minifundios cañeros de Tucumán hayan pasado por numerosas crisis y que su número se haya ido reduciendo con el tiempo, generando un proceso emigratorio que a veces fue muy fuerte, como en el caso de la crisis de 1966, cuando al cerrarse varios ingenios muchos pequeños productores quedaron sin posibilidad de vender su caña y tuvieron que emigrar. Pero para muchos la solución ha sido la agremiación en cooperativas, lo que les permite negociar más firmemente con los ingenios, comprar insumos en forma masiva y también acceder a mejoras tecnológicas, sobre todo en la forma de maquinarias de uso compartido.
Una de las características técnicas de la producción de caña de azúcar es el hecho de que, una vez cortada, la caña debe ser molida antes de que comience a perder contenido de sacarosa, lo que significa que entre el momento del corte y la molienda no deben pasar más de 48 horas. Esto no sólo implica que el sistema de transporte entre campo e ingenio deba ser muy eficiente, y que la distancia que debe recorrer la caña cortada no puede ser muy grande, sino también que el productor, una vez que cortó la caña, tiene que entregarla lo antes posible, con el consiguiente peligro para su producción si el ingenio tuviera problemas técnicos, además de la pérdida de capacidad de negociación, sólo mejorada en el caso de las cooperativas de producción. La permanente tensión entre cañeros e ingenio es una característica de Tucumán y una de las fuentes principales de los numerosos conflictos agrarios. Parte de estos conflictos se han generado por las formas de pago de los ingenios a los productores cañeros, formas que han ido cambiando con el tiempo. Durante muchos años los pagos eran en cuotas, que se hacían efectivas con posterioridad a la entrega de la caña al ingenio, y muchas veces pasaban meses entre entrega y pago. Más adelante se intentó solucionar ese problema aplicando lo que se dio en llamar la “maquila”: el ingenio les pagaba a los cañeros no en dinero sino en azúcar, que estos podían comercializar por su cuenta. En la actualidad se emplean sistemas mixtos que surgen de negociaciones entre los ingenios y los cañeros, muchas veces agrupados en cooperativas.
Los ingenios y la modernización
Los ingenios tucumanos se instalaron hacia fines del siglo XIX en las zonas cañeras, y en su momento fueron muy modernos. Sin embargo, a medida que pasaron los años, los ingenios dejaron de invertir en nuevas maquinarias y en nuevas tecnologías: por una parte, por tener un “mercado cautivo” de la producción azucarera de la Argentina, y por otra por la seguridad de obtener materia prima que les daba a los ingenios el gran número de productores. El resultado fue que para mediados del siglo XX la mayor parte de los ingenios estaban obsoletos. Parte de estos ingenios (11 sobre un total de 27) fueron cerrados en 1966 por el gobierno militar, pero eso no significó que los que se mantuvieron trabajando se modernizaran. Este proceso sólo se fue dando en forma muy paulatina, con cierta mayor aceleración en los últimos años, cuando algunos ingenios fueron comprados por capitales de fuera de la región, que invirtieron en mejorar sus instalaciones. Uno de los problemas que enfrentan los ingenios es la molienda de caña que ha sido quemada y no pelada. Al realizarse la molienda, las partículas carbonizadas se volatilizan y se transforman en un elemento contaminante de magnitud, que afecta la parte más densamente poblada de la provincia, incluyendo a la ciudad de San Miguel de Tucumán. Otro problema, también producto de la falta de modernización, es el vertido, sin ningún tipo de tratamiento, de los efluentes generados por la producción de azúcar al sistema hídrico local, lo que lleva a la contaminación del río Salí y por su intermedio a la del dique de Río Hondo.
Campesinos
La categoría de campesino sigue evocando imaginarios asociados con la agricultura, la pobreza, el atraso y la mayor o menor articulación con el Estado y el mercado. Esta idea, que tiende a ser estática, ha tenido incidencia tanto en las auto-percepciones y acciones campesinas, como en las de los diversos actores que intervienen en el ámbito rural (Estado, ONG, agroindustrias, organizaciones de base, académicos, etc.). En Colombia este imaginario es contradictorio frente al dinamismo de la sociedad rural, generado por múltiples factores como la reestructuración productiva y territorial asociada con el conflicto, la fragmentación de las políticas de desarrollo rural, la urbanización, la descentralización, y el reconocimiento de la diversidad étnica y cultural. Estos aspectos han transformando el escenario rural introduciendo nuevos actores y formas de intervención. También han dado lugar a la creación de nuevas formas de adscripción identitaria y política (colonos, desplazados, cocaleros, grupos reindigenizados, empresarios rurales, productores alternativos, etc.), que a su vez redefinen sus relaciones con el Estado y actores privados. En este contexto de diversidad social y productiva nos preguntamos ¿Quiénes son los campesinos colombianos hoy? En el marco de la denominada “nueva ruralidad”, hay coincidencia en la tendencia a la descampesinización del agro y en la necesidad de contar con nuevas conceptualizaciones para abordar los fenómenos asociados con las identidades y las prácticas campesinas en las dinámicas rurales actuales. Sin embargo, frente a los estudios de carácter económico, productivo, demográfico o territorial, se aprecian vacíos en el análisis de los fenómenos culturales asociados con las identidades, las representaciones y las prácticas campesinas en las dinámicas rurales actuales. Este simposio tiene como objetivo reunir antropólogos y otros científicos sociales interesados en el tema, para discutir problemáticas, perspectivas teóricas y metodológicas que permitan nuevos abordajes del campesinado en el contexto de las nuevas dinámicas rurales.
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es na verga esto no entendi nada hubieran puesta una respuesta mas facil
ResponderEliminarDiscúlpenme, pero el anónimo de arriva es un ignorante. Muy buen trabajo, es re entendible si tenes media neurona en la cabeza :)
ResponderEliminarSi no lo entendiste es porque no estas acostumbrad a leer. Esta muy bueno el trabajo, me sirvió mucho para el proyecto que estoy haciendo.Gracias. :)
ResponderEliminarel anónimo del 03 de octubre del 2012 es un ignorante, arriba va con B no con V!!!!! ignorante, quien te educo?
ResponderEliminarMUY BUENO,ME AYUDO LA INFORMACION PARA REALIZAR LA TAREA QUE ME SOLICITARON.
ResponderEliminargegegegeggege que mierda ._.
ResponderEliminaresta genial!! me sirve para mi investigacion gracias
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